Theresa Zabell inició camino como deportista a los 10 años y desde ese momento su carrera ha sido imparable. Ha ganado dos medallas de oro olímpicas, cinco campeonatos del Mundo y tres Europeos, Theresa ostenta el palmarés deportivo más laureado de la vela española, fue Proclamada Mejor Regatista del Mundo por la Federación Internacional.

Después de retirarse en 1999, nace la Fundación Ecomar y comienza a dedicarse en cuerpo y alma a ella. Su lema, «Cuida de los únicos dos sitios de los que no te podrás mudar jamás, tu cuerpo y tu planeta», define la filosofía de la Fundación, desde ese momento no ha parado, concienciando a mas de 15.000 niños cada año y cuidando nuestros mares. Hoy Ecomar es un referente en el cuidado de nuestros mares, educando y concienciando para lograr un planeta mejor.

Esta gran deportista, pero sin duda mejor persona. Theresa es un ejemplo claro de como el esfuerzo, buena actitud y una férrea constancia, se puede alcanzar cualquier sueño. No hay limites, si tenemos clara la meta.

Theresa Zabell, bimedallista olímpica, nos cuenta su trayectoria y su proyecto en Ecomar

Tuvimos la gran oportunidad de conversar con Theresa Zabel, bicampeona olímpica de vela, con dos medallas de oro, quien además cuenta con experiencia dedicadas a los negocios y al deporte. El currículum de Theresa es toda una sorpresa, ella es parlamentaria europea, vicepresidenta del Comité Olímpico Español, consultora internacional de la UNESCO y CEO para la Candidatura Olímpica Madrid 2020. ¿Lo mejor? Desde hace 24 años es fundadora de una fundación que aporta valor al mercado, se trata de la Fundación Ecomar.

El inicio del camino hasta las olimpiadas

Theresa comenta un poco sus inicios hasta convertirse en medallista olímpica; para ella al principio era un sueño casi imposible, se define como una persona competitiva, practicaba atletismo y un día a sus 11 años de edad descubre en la televisión los Juegos Olímpicos, una competición donde cada 4 años van los mejores del mundo; a partir de allí comenzó a trabajar en ese objetivo.

Siempre se visualizó subiendo al podio a que le colocaran una medalla, sin embargo, el camino hasta llegar ahí fue largo y complicado. Se trataba del año 1976, en los Juegos Olímpicos de Montreal, donde las mujeres no tenían oportunidad en la Vela, al igual que en 1980 y 1984, pero esto no acabó con la ilusión de Theresa, continuó practicando y navegando con la ilusión de que algún día podría participar.

En el momento en que incluyen el programa de mujeres en los Juegos Olímpicos, Theresa estaba más que preparada porque nunca había dejado de entrenarse.

La vela: Un deporte muy duro

Muchas personas desconocen la dificultad de este deporte, especialmente por las atractivas imágenes de la vela del Mediterráneo en verano o en Copa del Rey, que es una forma de navegar completamente válida, pero la vela olímpica es diferente.

El circuito comienza, por ejemplo, en el mes de enero en Miami, con buen tiempo, en febrero ya estás en Francia, marzo un poco más arriba y así vas subiendo, a nivel de que agosto puedes estar en Finlandia padeciendo con las bajas temperaturas, un frío insoportable. Theresa comenta que ha pasado más frío navegando que esquiando a 24 grados bajo cero.

El aprendizaje de haber sido referencia mundial en un deporte de élite

Las lecciones aprendidas son muy numerosas, y cada una de ellas muy valiosas también. Al conversar con deportistas en vías de terminar su etapa deportiva, Theresa siempre les dice que su formación como deportistas es privilegiada al contar con una formación que las demás personas no tienen; pues por más universidades a las que asistan, no han practicado deportes a este nivel.

Los deportes enseñan a fijar objetivos, definir claramente tus planes y deseos y las estrategias para conseguirlo; enseñan a seguir luchando cueste lo que cueste, aprendes a superar los obstáculos y comienzas a interiorizar que estás dispuesto a darlo todo para cumplir tu objetivo.

Ser el segundo lugar en el deporte

Lo más difícil de ser segundo en cualquier situación, pero especialmente en el deporte, es que nadie tiende a recordarlos. Existe un dicho un poco cruel, pero terriblemente cierto, que dice que el primero gana, el segundo pierde y los demás participan. Esto es un fiel reflejo de la realidad.

Otro claro ejemplo es el tenis en España, el principal referente es Rafael Nadal, a pesar de que han existido otros muy buenos, que simplemente han sido eclipsados.

Ecomar: El cuerpo y el planeta

Theresa ha navegado por los mares del mundo durante 20 años, lo cual considera una oportunidad, pues ha llegado a lugares inaccesibles y se ha dado cuenta de muchas cosas. Ha visto que el mar está en peligro, hay demasiados residuos en él que lo están afectando.

Ya al final de su carrera olímpica se hace más consciente de la situación y en vez de elegir seguir navegando en otro tipo de barcos, eligió formar parte de la solución; fue así como nació Ecomar, que lleva ya 24 años aportando al mundo a través de programas educativos, de concientización y de llamada a la acción, especialmente con niños, pues para cambiar la forma de pensar de la sociedad, hay que comenzar con aquellos que son más receptivos, aquellos que son el futuro, y esos son los niños.

En un principio la empresa se enfocaba mucho más en el deporte y la premisa de cuidar el cuerpo, simplemente porque la sostenibilidad por sí sola no llamaba la atención, sin embargo, ahora se enfocan más en el cuidado del planeta, porque cada vez más personas muestran interés en ello.

El cuidado del planeta a través del mar es vital, pues el planeta tiene una superficie que es 70% agua, si no la cuidamos, nos quedaremos sin lugar donde vivir. En Ecomar el 90% de la financiación es privada, grandes multinacionales se han sumado a este proyecto y apuestan por el cuidado del planeta.

La falta de información deriva en el descuido de los océanos

Muchas personas desconocen la función esencial de los océanos para el equilibrio del mundo. En este planeta el agua se transforma y circula, en el mar el agua se evapora, es tomada por las nubes y transportada a esos ríos y manantiales que hacen llegar el agua a los hogares. Así que, sin mar, no hay vida.

Lamentablemente, en la actualidad se disponen demasiados desechos en el mar, tanto así que aproximadamente el 80% de la basura marina viene de tierra firme; la razón es simple, cualquier basura mal puesta, fuera de un circuito termina siendo alcanzada por agua, lluvias, ríos y estos a su vez tarde o temprano desembocan en el mar.

Además, no se trata solo de basura, existe una grave contaminación no visible dada por microplásticos y contaminantes químicos. El sistema debe ser analizado y las empresas deben cambiar para disminuir esta problemática.

La actuación principal debe ser en los sistemas, a gran escala, en las fases de diseño y producción siempre se debe pensar qué se hará con ese producto una vez que acabe su vida útil, es decir, establecer un plan para cuando esos nuevos objetos sean basura y que no terminen por contaminar aún más.

Finalmente, Theresa destaca que el trabajo en equipo es esencial para el éxito de cualquier proyecto, detrás de cualquier persona exitosa, hay un equipo detrás que establece pautas y consejos; y todo esto aplica para el bienestar ecológico, pues se debe trabajar en conjunto para lograr los objetivos y alargar la vida del planeta tierra.

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