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LA OPINIÓN DE MÁLAGA. El presidente de Club Mediterráneo, José Agustín Gómez-Raggio, embarcó con la grímpola que ondeó durante 60 años en el Paseo de la Farola hacia el final del dique de Levante. Atrás quedan las ya antiguas instalaciones, donde algunos de los yates y veleros atracados esperaron hasta el último día para partir.

La Casa de Botes junto a la Farola ya es «la antigua». Ya es historia. El pasado sábado el Real Club Mediterráneo echó el cierre arriando, al son de violines, la grímpola (bandera representativa de un club náutico) que ha ondeado en el lugar durante más de 60 años –desde 1953– y fue trasladada en un barco de vela, junto con la imagen de la Virgen del Carmen, a su nuevo emplazamiento en el Centro Náutico, que está ubicado al final del dique de Levante.

La inauguración del nuevo puerto deportivo fue un «acto íntimo», según fuentes del club, que celebró también la Fiesta de la Sirena, una tradicional celebración anual en la que los socios son los protagonistas, ya que en ella se reconoce diferentes facetas de la actividad que se ha desarrollado en la entidad a lo largo del año. Además, hubo un reconocimiento a históricos de la vela y del remo malagueño. Entre otros, estuvieron presentes los regatistas Félix Gancedo, cuatro veces olímpico, y Theresa Zabell, campeona en los Juegos de Barcelona 92 y Atlanta 96.

La embarcación, a bordo de la cual iba el presidente de la entidad, José Agustín Gómez-Raggio, acompañado por varios mientras de la Junta directiva y escoltado por regatistas y remeros, fue recibida por casi 400 socios en el nuevo puerto deportivo. Tras el izado de la grímpola en las recién estrenadas instalaciones, a cargo del vicepresidente del Club, Antonio Miguel Sel, y el capitán de Remo, Manuel Rodríguez, dio comienzo la fiesta.

La velada fue presentada por  María Huelin y el periodista de Canal Sur Antonio Rengel, quienes afirmaron que la fiesta de la Sirena de este año era especial, ya que «estamos en la nueva casa, en el lugar elegido para que continúe la larga historia del Club. Este nuevo Centro Náutico representa el futuro».

También se entregaron los premios a los ganadores de los torneos sociales que se han celebrado durante el verano, «y cuya participación confirma que este club cada vez está más vivo, que goza de una excelente salud y que tiene un futuro aún por escribir», afirmó María Huelin.
Durante la velada, Gómez-Raggio hizo entrega al presidente del Club el Candado, José Miguel Arregui, de una placa conmemorativa por sus 50 años de historia. Fueron también protagonistas de la noche los propietarios de embarcaciones, que han sido los primeros en adquirir su derecho de atraque, y la primera promoción de la Escuela de Enseñanzas Náutica del Real Club Mediterráneo.

El broche de oro de la velada lo puso la elección de la Sirena, una tradición que viene celebrándose desde 1957 y que se designa entre las jóvenes socias que reúnan una serie de valores, como son el esfuerzo, la superación personal y entender el deporte como una oportunidad para educar en valores. La elegida este año fue María López-Herrero López, joven de 19 años y brillante estudiante de Medicina. La Sirena 2014 recibió la banda de la saliente, Marta Benthem, tras lo cual dio comienzo un baile que fue amenizado por la orquesta Espectáculos Málaga.

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