¿Alguna vez os habéis preguntado dónde habéis aprendido algunas de las lecciones que más os han resultado de ayuda vital en vuestras trayectorias personales y profesionales? Las lecciones y el aprendizaje son continuos a lo largo de la vida aunque, sin duda, unos mucho mas profundas que otras; un verdadero tesoro.

Cuando la gente me pregunta qué es lo mejor que me he llevado de mi carrera deportiva, el mejor recuerdo, la mejor vivencia, el momento más especial, si ganar los Juegos Olímpicos de Barcelona en el 92 o repetir la hazaña cuatro años más tarde en Atlanta, si valoro más el ser 5 veces campeona del mundo… la verdad es que a veces es difícil transmitirles que nada de lo anterior. El mejor bagaje es el aprendizaje que te llevas en forma de experiencias inigualables al que la gran mayoría de los seres humanos jamás tendrá acceso.

A una edad temprana es muy importante la información que vayamos a recibir ya que es cuándo somos más receptivos, aunque mucho más importante aún son las actividades y experiencias en las que podamos participar. Un hecho constatado es que el ser humano tiende a recordar entre un 10 y un 20% de lo que ve y lo que oye, nada comparable con el 90% de lo que se nos queda grabado tras involucrarnos activamente en algo que nos gusta y divierte. El deporte es la herramienta ideal para conseguir alcanzar nuestros objetivos de aprendizaje, muchos de ellos inalcanzables en otros ámbitos de la vida.

Qué difícil es aprender a marcarte un objetivo en la vida y diseñar el camino que te lleve hasta el

Los deportistas lo hacemos cuando somos jóvenes, quizás nuestro sueño lo decidimos a una edad muy temprana y enseguida nos vemos envueltos en la responsabilidad que comporta la consecución de ese objetivo y que nos marca para siempre.

Evidentemente, llegar a tocar el cielo no solo no es fácil sino que está reservado para unos pocos. Todos los que lo hemos conseguido reconocemos que las mejores lecciones las hemos aprendido de nuestras derrotas, de los baches por los que hemos pasado, los reveses que hemos sufrido, los tropezones… lo único importante en estos momentos es interiorizar la lección y rebotar para ponerte de nuevo en pie más fuerte que antes.

 

A la hora de preparar una gran cita deportiva, la planificación es fundamental y para ellos se requiere una buena estrategia. Pongamos que en vuestras respectivas tareas profesionales tenéis que estar en rendimiento 110% en una fecha concreta dentro de 4 años. ¿Cómo os planificaríais a partir de hoy? Si a esto le sumamos que no solo tenemos que rendir al máximo en esa fecha concreta, sino que además mejor que las demás personas que hayan decidido hacer lo mismo que nosotros provenientes de todo el mundo, se pueden imaginar que la presión es máxima. Lo positivo, cuando uno se retira del deporte la estrategia es algo que se lleva en las venas.

Muchas veces hablamos de cuatro años de una preparación olímpica aunque yo no conozco a nadie que haya triunfado en esta cantidad de tiempo, se suele traer un bagaje anterior bastante pesado. Durante este tiempo se aprenden muchas cosas, una de las que más valoro es a ser `resiliente ́. Esto nos ayuda a tener capacidad de recuperación, de adaptación, ser resistentes, flexibles… en fin, de una manera sobrenatural a enfrentarnos a realidades no planificadas. En un deporte como la vela lo practicas a menudo; cada vez que cambia el viento tienes que readaptar las velas, por decirlo de alguna manera. Nada que después no vaya a pasar en la vida de la empresa, por ejemplo.

La humildad es otra gran lección que conviene practicar, sobre todo cuando se gana. Al fin y al cabo habrá otra persona al que esa derrota le esté doliendo. Nosotros ya hemos pasado por ello, lo hemos vivido en nuestras propias carnes. Por eso no puedo estar más de acuerdo con esa célebre cita de  ̈fuerte en la derrota, humilde en la victoria ̈

Hay muchísimas mas lecciones que te da el haber hecho tres preparaciones olímpicas. Dos de ellas para ir a los Juegos y subirme a lo más alto del cajón del podio pero sin olvidarme de los Juegos de Seul 88, a los que no fui por una serie de circunstancias polémicas, que me sirvieron como gran lección para llegar a ser la deportista que fui y la persona que soy.