ALFONBRA ROJA GIJONGijón nos ha dado la oportunidad de comprobar la importancia que tienen algunas cosas en la vida. La tercera Premiere de la película “Cuando todo está perdido” fue un éxito rotundo. El cine Yelmo Ocimax puso la alfombra roja para que nos sintiéramos como auténticas estrellas de cine. Es ya la película de la Fundación Ecomar porque todo el mundo nos relaciona con ella. Las fuerzas vivas de la ciudad se dieron cita en nuestra sala para solidarizarse con la Cruz Roja, entidad muy importante para todos y muy especial para ellos. El Astur de Regatas, con Alfredo Alegría al frente, nos acogió con mucho cariño. Un club de los de toda la vida en el que sus socios aman la mar.

El mal tiempo seguía por toda la cornisa cantábrica. Está acorde con “Cuando todo está perdido”. Lluvia, viento y frío ponían el escenario perfecto fuera del cine para que cuando arrancara la película no se notara un cambio escénico. Lo mismo ocurría fuera que dentro. Tuve la oportunidad de conocer a más voluntarios de la Cruz Roja, gente sencilla, pero llena de ilusión y comprometida con la causa. Personas anónimas que se desviven por hacerlo todo mucho más fácil.

Colocamos en la entrada del cine nuestra mesa de la Fundación Ecomar y nuestra grímpola. Al lado, la Cruz Roja desembarcó unos muñecos vestidos de voluntarios para darle más vistosidad a la premiere. Muñecos que pesaban “tres quintales” y que tenían que trasladarse en unas camillas. Todo era muy real, como también lo es la película. Mi amigo Pedro Sardina me sopló al oído que podríamos pedirle a la Cruz Roja que nos regalara un muñeco, que lo llevaríamos sentado en el Infiniti hasta la Fundación Ecomar. Nada me hubiera gustado más, que tenerlo colocado en un sitio VIPS de mi despacho. Gijón puede estar orgullosa de la Cruz Roja que tiene.

Me llamó mucho la atención la manera tan generosa que tuvo de la gente del cine Yelmo Ocimax de volcarse con nosotros. Era el día del espectador con las entradas a tres euros y aun así nos colocaron en un sitio preferencial para que la gente que quisiera cambiara de sala y nos diera el donativo a nosotros. Fue un gran gesto de solidaridad, que solo se vive una vez en la vida.

Estuve encantada hablando con Ángel y Nieves, los orgullosos padres de nuestra campeona olímpica Ángela Pumariega, que se encuentra en Cádiz entrenándose para afrontar la dura temporada que se le viene encima, porque la clase 470 es especialmente dura y con mucha competencia. ¡Si lo sabré yo!

En fin, que Gijón ha sido una plaza VIPS y el Club Astur de Regatas, miembro del programa de la Grímpola Ecomar se ha volcado en esta acción solidaria que estamos realizando por la costa española, gracias a nuestros clubes, a Infiniti, a la Cruz Roja, al Clúster Marítimo, a Avene, a la Armada Española, a Salvamento Marítimo y a los clubes. Sin ellos no seria posible.

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