Difícilmente pueda cuantificar cuántas veces ha escrutado con su penetrante mirada, frente a frente, la profundidad del mar. Ese manto líquido tan bello como indescifrable por mucho tiempo y experiencia acumulada que se atesore, aliado de los vientos, en el que tantas y tantas veces compitió y sobre el que en tantas ocasiones reinó con títulos olímpicos, mundiales, europeos, nacionales… «Creo que la vela o te apasiona o no te gusta nada. Y a mí me apasionó». Lo firmaTheresa Zabell Lucas (Ipswich, Reino Unido, 22/5/1965), la gran dama de la vela española. Garante del deporte nacional, figura incontestable de su disciplina y embajadora de la protección y el respeto al mar a través de la Fundación Ecomar. Theresa, voz autorizada para reflexionar sobre el presente y el futuro de la vela, conocedora de los vientos olímpicos, bucea por sus adentros para recordar al conocido y explicar al extraño su mayúsculo recorrido.
Es fácil saber que presenta en su hoja de servicios dos medallas olímpicas de oro. Ambas en clase 470. La primera presea enBarcelona’92 junto a Patricia Guerra. La segunda en Atlanta’96con Begoña Vía-Dufresne. Pero cuál es el sueño original en clave olímpica de Zabell. «Un día, con once años, descubrí a través de la televisión los Juegos Olímpicos. Aquello me pareció el no va más. Empecé a soñar que yo un día estaría dentro de esa pantalla de televisión en los Juegos. Y a decir verdad, cuando soñaba esto, no había empezado a navegar. Me veía en la pista deatletismo. Entonces aún no sabía lo que era un barco de vela», recuerda. Siempre le gustó el deporte. Practicó baloncesto, tenis y atletismo. De hecho, iba para ser una grande del campo a través y de los 800.
Dos cursos de vela fueron necesarios para que Theresa acabase por engancharse a la vela. La primera experiencia no le entusiasmó. Pero ese bicho imaginario que agarra para arrastrar a uno a los mares le picó con catorce años. «Empecé a competir y me gustó mucho. Entonces mis sueños se transformaron a competir en vela. Pero ir a unos Juegos Olímpicos era muy difícil, porque no existía vela femenina olímpica. Había que ser realista, porque para poder ir tenías que ganar a todos los chicos», cuenta la regatista, al tiempo que subraya que «en aquella época, éramos pocas y competíamos contra los chicos. Y lo hacíamos porque nos gustaba, quedásemos como quedásemos».
Se formó entonces un grupo de chicas que conseguía buenos resultados y se instauró un premio a la primera fémina en los campeonatos. Zabell explica que «empecé a ganar estos premios. Pero hubo un momento en el que ya no quedaba la
«Tuve el privilegio, con 27 años, de competir en casa en unos Juegos»
primera fémina, quedaba la primera de todos». Tiene grabada una anécdota que le acompaña para argumentar cómo eran las cosas antes y cómo entiende que se ha avanzado en el deporte femenino: «Cuando quedé primera aspiraba a recibir el premio absoluto. Sin embargo, cuando llegó la entrega de trofeos me dieron el de la fémina, pero no el de campeón general. Esto fue cerca de la etapa de Los Ángeles. Hacia el 84».
Ese año quedó cuarta en el campeonato del mundo. Lo hizo incluso rompiendo una pieza y sin poder competir en la segunda prueba de la jornada. En aquellos momentos no existía presupuesto de laFederación Española de Vela para mujeres. «Fui al Mundial con un par de compañeras españolas más. Nos lo pagamos nosotras. No lo veíamos como un obstáculo para seguir. Nos apasionaba y queríamos seguir adelante», asegura Theresa, mientras reflexiona y subraya que «las cosas han avanzado mucho y las mujeres han progresado mucho en el mundo del deporte, aunque obviamente hay que seguir dando pasos. Si nos damos cuenta de dónde estábamos antes a ahora, hemos avanzado mucho».
Con 19 años estaba lista para unos Juegos. Pero para Los Ángeles todavía no había vela femenina. «No tocaba. Era algo reservado para más adelante. Los primeros Juegos en los que participé fueron en los de Barcelona. Tenía 27 años. Fue un privilegio y un sueño cumplido y encima en casa», dice.
Entre el 470 y patrón de crucero
Defiende lógicamente que el oro en Barcelona y el posterior en Atlanta fueron increíbles. Algo mágico que guarda en la mochila de los éxitos. Pero el zurrón es profundo para meter cinco mundiales o tres Europeos. «Fui a Francia en 470 y gané la Regata Primavera. Éramos 120 ó 140 barcos en la línea salida. Patricia y yo quedamos primeras de la general. Es una de esas cosas de las que nunca se ha hablado, que creo que no tengo ni apuntado en mi currículum, pero que ahí está. He patroneado barcos de crucero siendo toda la tripulación hombres», significa.
Theresa asegura que ser patrón en una embarcación de crucero con hombres «ha sido una de las experiencias más agradables de mi vida» y cuenta respecto al origen que «un día me llamó Toni Tió, que era el armador del «Inespal», y me propuso ser el patrón. Pregunté quiénes iban a formar la tripulación y qué tal veían que les fuese a patronear una mujer, pues no quería crear problemas, ni crear mal rollo. Me dijo que todos estaban de acuerdo. Dije que por mí sí, siempre que reinase la cordialidad y el buen rollo. Estuvimos navegando unos tres años juntos y fue genial. Fue un ‘boom’ mediático: ‘Una mujer al mando de once hombres’».
«Somos el deporte que más medallas ha dado al medallero»
era ciento por ciento masculino. Bueno, ellos decían que eran open, que podían ir chicos y chicas. Pero eso es como si decimos que los 100 m.l. son open. Ahora ha mejorado en cuanto al número de chicas que pueden ir a los Juegos. Considero que a nivel de participación estamos prácticamente en la igualdad. Si te clasificas o no, ya es distinto. En cuanto a técnicos, todavía tenemos menos técnicos mujeres que hombres. Y sobre todo nos siguen faltando muchas dirigentes deportivas; es un mundo que está muy copado por los hombres y en esto hay mucho que hacer».
Mayor promoción de la vela
Theresa conoce perfectamente las raíces de la vela española, pero también tiene localizados los principales problemas, sujetos a la falta de promoción y concienciación respecto a un deporte que debería practicarse más en tanto a la cantidad de kilómetros de costa española. Zabell es meridianamente clara al respecto: «La vela española hay que empezar diciendo que es un milagro. Porque el que tengamos el número de licencias que tenemos; el que navegue el número de gente que navega, que no es tanta teniendo en cuenta el número de kilómetros de litoral y el clima que tenemos, es un milagro los resultados que obtenemos. Lo lógico es que en las ciudades y pueblos costeros debería hacerse vela escolar. Pero también más allá de la costa hacia el interior. Debería ser reconocido por las conserjerías de las comunidades autónomas. Lo vengo reivindicando desde que puse en marcha la Fundación Ecomar hace 17 años. Hay muy pocos sitios donde se hace».
La doble medallista olímpica argumenta que «si nuestros niños pasan por la vela escolar, ya les estás abriendo la puerta de un deporte nuevo. A partir de ahí, ellos decidirán si les gusta o no. Si un niño practica un deporte es inevitable que alguno salga bueno. Y vas a abrir el espectro de los que van a llegar arriba. ¿Ahora mismo tenemos regatistas muy buenos? Desde luego. Muy, muy buenos. Pero que desde el año 76, ininterrumpidamente, con la excepción de Sidney, donde conseguimos diplomas, estemos logrando continuamente medallas y seamos el deporte español que más metales haya dado al medallero olímpico español es un milagro. Y esto es a base de que las personas que tienen posibilidades dan facilidades para que los deportistas lo consigan, haciendo además ellos un esfuerzo sobrehumano».
Río de Janeiro está a dos años vista. Mucho o poco tiempo, según se mire. La realidad es que pasa muy rápido y el ciclo olímpico no tiene freno. ¿Qué aventura respecto a la representación española en Brasil?
«Ahora mismo hay muchos regatistas que están trabajando muy fuerte para estar en Río. Seguro que iremos con una representación muy buena. Y volveremos a hacer surgir el milagro. Me dio mucha alegría cuando Marina Albau volvió a ganar la plata en el Europeo en Turquía, porque pasar por una maternidad y volver a ponerte en forma en RS:X es para quitarse el sombrero. Tenemos a Tamara -Echegoyen- y Berta -Betanzos- en 49r femenino, que están adaptándose muy bien. Y luego, Onán Barreiros en 470 masculino ahí está otra vez. La perseverancia es un grado. Iván Pastor sigue su camino por otros Juegos. Íker -Martínez- y Tara -Pacheco- en el Nacra va a depender mucho de si Íker se va a la Volvo», aventura.
Theresa Zabell lo ha ganado todo en la vela. Embajadora del deporte español, su disciplina no tiene secretos para ella. Pero el tiempo y la praxis deportiva le llevan a agarrar fuerte los valores aprendidos: «A través del deporte, en este caso de la vela, aprendes a trabajar en equipo; desarrollas estrategias para lograr objetivos; aprendes que no es fácil el camino y que no hay que desalentarse; aprendes aconfiar en ti mismo, porque la suerte es algo que si trabajas duro te va a llegar; la derrota es algo que tienes que superar y cada derrota es una pequeña piedra en el camino hacia la victoria».