0034LA OPINIÓN DE MÁLAGA (FRAN EXTREMERA)

La regatista malagueña Theresa Zabell no había regresado a su ciudad desde que a finales de año recibiese en Santander el título de Mejor Deportista Española de Todos los Tiempos, al resultar acreedora del IV Premio Juan Manuel Gozalo de la Asociación de la Prensa Deportiva de Cantabria. En las instalaciones del Real Club Mediterráneo en el que logró sus primeros éxitos con sólo 11 años, ayer pudo rememorar su condición de pionera del deporte nacional, aquellas dos medallas de oro olímpicas, en Barcelona-92 y Atlanta-96, o cada uno de los cinco Campeonatos del Mundo de Vela que atesora. Todo un ejemplo para hablar del futuro de una Málaga que cada vez abre más sus ventanas al Mediterráneo.

_¿Qué siente usted cuando conoce nuevos detalles sobre el futuro del Puerto de Málaga y esa comunión que definitivamente empieza a haber entre la ciudad y el mar?

_Vengo cada dos por tres a mi ciudad, aunque resida en Madrid, porque mi padre sigue viviendo aquí. Y lo cierto es que Málaga está mejorando muchísimo en los últimos años. Ya era hora de que la ciudad de Málaga mirase hacia el mar. En
este sentido quiero felicitar a todos, el alcalde, Francisco de la Torre, el presidente y el resto de directivos y responsables del Real Club Mediterráneo, que he sabido ya que van a contar con unas nuevas instalaciones, por lograr abrir entre todos esta ciudad al mar. Es un hecho del que te das cuenta mucho más de lo que significa cuando estás en alguna de las ciudades que no están de cara al mar. Hay que aprovechar al máximo lo que significa este pulmón, esta vida.

_¿Todavía la vela está considerada como un deporte elitista?

_Mucha gente, la mayoría, se piensa que es un deporte caro. Y sin embargo puede ser todo lo caro que quieras. Porque puedes comprarte un barco del precio que tú quieras, desde 3.000 euros. Encima no gastan gasolina. A diferencia de una moto, el viento lo tienes gratis. Antes era más complicado iniciarse porque había menos clubes náuticos y estaban mucho menos abiertos a que la gente navegase. Pero ya no ocurre eso. Es curioso que le compramos a nuestros hijos una moto al aprobar el curso y no un barco, como hacen en los países nórdicos, que puede costar lo mismo. En las ciudades costeras la gente no es consciente de que esto es así. De ahí nació la Fundación Ecomar que presido, de la necesidad de que los niños vengan a hacer cursos y conozcan el mar. Que hay deportes al alcance de nuestro bolsillo y que aportan unos valores añadidos.

_¿Qué camino nos queda por recorrer cuando usted pone como ejemplo esos otros países europeos con mayor tradición?
La distancia es enorme. En España tenemos un barco por cada 350 habitantes. En los países nórdicos hay uno por cada siete. Y si miramos a países como Suiza o Austria, donde no hay mar, también nos dejan en evidencia, porque tienen uno por cada 60 habitantes. No vamos a compararnos con Nueva Zelanda o Australia, donde hay uno cada tres, pero lo normal sería ver la Bahía de Málaga con mucha mayor frecuencia llena de velas.

CINE MALAGA9_¿Tiene usted fe en que cambie esta situación?

_Me encantaría que empezásemos a trabajar con mayor energía en esta línea. Tenemos ejemplos muy cercanos sobre cómo hacer las cosas mejor. Existe en Francia la vela escolar, programas por los que los niños y niñas que viven a menos de veinte kilómetros de la costa hacen al menos dos años de vela escolar. Así saben si este deporte les gusta o no. Nos conformamos aquí con el bautismo de mar, pero se trata de un solo día.

_Con esta realidad, que nuestros regatistas, los que la tienen a usted como pionera y auténtico referente, no dejen de cosechar éxitos internacionales es algo verdaderamente increíble.
Los éxitos de la vela en España son un milagro que ya dura cuatro décadas. Hemos tenido medallistas olímpicos con la única excepción de Sydney, cuando tuvimos como mejor resultado un cuarto puesto. Con la base que tenemos es un verdadero milagro. Ojalá sigamos teniéndolo, pero que la base de la pirámide más sólida, cada vez más ancha.

_¿Su trayectoria como deportista también fue un sueño hecho realidad?

_Fue el sueño de una niña que con apenas once años vio por televisión unos Juegos Olímpicos, los de Montreal, y quiso hacerlo realidad. Verme por televisión con el chándal y la medalla colgada. Soñé conmigo en lo más alto del podio, pasaron unos años, el sueño se hizo realidad y no sólo una vez. Parte de lo que hoy en día es la Fundación Ecomar que presido viene de ahí. Creo que la sociedad, mi club, mi familia, todos aportaron para que yo hiciese realidad lo que imaginé y ahora es el momento de devolverle a la sociedad, aunque sea una mínima parte de lo muchísimo que me había dado. Tenía ganas de que en España, los niños sobre todo, tuvieran más oportunidades de llegar al mundo del mar. Y es que tenemos casi 8.000 kms de litoral y con este clima, es impensable que no aprovechemos mucho más lo que tenemos a nuestro alcance.

_Y por otra parte también inculcan valores medioambientales entre los más pequeños.

_Es la otra vertiente fundamental. Tenemos que cuidar el mar entre todos y dejárselo a nuestros hijos, como mínimo, igual como nos lo hemos encontrado y a ser posible mejor. Hay que educar a los niños para que asuman esa información y si es posible que incluso la pasen a sus padres. Ellos son los únicos que a los adultos pueden hacernos cambiar de hábitos. Cuidar del mar se puede hacer hasta cerrando el grifo.

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