Estos días en los que todos nos estamos quedando en casa, me acuerdo mucho de todos esos deportistas que se encuentran en la recta final de la preparación de Tokio 2020.

Inevitablemente echo la vista atrás y me transporto a menos de 150 días antes de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y Atlanta 96. En esa etapa, después de media vida soñando con mi objetivo y trabajando para lograrlo, uno de los mayores miedos era cualquier imprevisto que nos alejara del camino diseñado como podía haber sido una lesión, una enfermedad, algún tema familiar y poco más. A esas alturas el resto estaba ya muy atado.

Como deportistas buscamos la excelencia, ir más rápidos, llegar más alto y ser más fuertes que nuestros rivales y para ello se sigue una planificación estratégica exhaustiva donde nada queda al azar.

Cuando doy conferencias en el mundo de la empresa, siempre cuento que para lograr el éxito necesitamos trabajar en 5 áreas. Primero es necesario tener un sueño que lograr, acto seguido asumir los inconvenientes que nos vamos a encontrar y que no son pocos, trabajar de la mejor manera posible, o sea en equipo, tener una estrategia bien diseñada que nos acerque cada día a nuestro objetivo final y, en último lugar que nos acompañe la suerte.

Cuando me refiero a la suerte, siempre recalco que no estamos hablando de que te «regalen» nada sino de no tener mala suerte. En este momento nuestros deportistas se tienen que enfrentar a una dosis de mala suerte al no poder seguir su rutina y el camino que emprendieron hace ya muchos años.

El COVID19 nos ha afectado a España más severamente que a otros países y esto significa que posiblemente nuestros rivales estén siguiendo con sus rutinas y entrenamientos, con lo cual, se suma un sentimiento de impotencia.

Dicho esto, es evidente que ningún sueño deportivo debe estar por encima del bien común. Hoy toca apoyar las medidas implementadas y respetar a todas aquellas personas que luchan por todos nosotros. Al fin y al cabo, estas personas son las que han aplaudido nuestros éxitos y confiemos en que lo volverán a hacer en Tokio 2020.