RUEDA7Estos días atrás he recibido muchas muestras de cariño. Un cariño del que ya tenía noticias, pero que se ha hecho aún más visible, si cabe, en mi agradable periplo por el norte de España presentando la película de Universal Pictures, «Cuando todo está perdido». A pesar del mal tiempo reinante en la cornisa cantábrica, a pesar de ese mal tiempo que nos ha tenido un tanto acongojados con la «Alerta Naranja» activada, los santanderinos acudieron a la llamada de la Fundación Ecomar para solidarizarse con la Cruz Roja del Mar. Santander es una ciudad especial y el Marítimo, un club con una cantera envidiable, lo que casi garantizaba el éxito de esta acción de la fundación que presido. Hasta allí llegamos a bordo de un coche especial, el icónico Infiniti FX, que solidariamente nos han cedido para esta acción.

Era un lunes frío y lluvioso cuando visualizamos la película en el UCC Peña Castillo, que nos cedió dos salas con cabida para unas 250 personas cada una. Llenamos las dos salas de la cantidad de gente que se interesó por esta acción de Ecomar. Los niños y los padres del CEAR de Santander allí estaban con Jane Abascal a la cabeza. Tenían ganas de mar, de solidaridad, de contribuir a una muy buena causa. Dos salas llenas, a pesar de que ese día Santander estaba repleta de actos en la Universidad y en otros sitios oficiales, pero nadie se quiso perder la llamada de solidaridad de Ecomar. Eso te llena de orgullo, te pone la carne de gallina comprobando que cuando se trata de hacer algo por los demás, la gente de mar se une y marcha al unísono. Es otra alegría que nos llevamos los que trabajamos en la Fundación en pos de la mar y de la educación hacia ella.

Hace tiempo, cuando era deportista de élite y viajaba por todo el mundo, recuerdo que esta solidaridad se daban mucho en los Estados Unidos, cuando sus deportistas se enfrentaban a las campañas olímpicas y sus compatriotas aportaban lo que podían para que su equipo olímpico fuera a los Juegos con las máximas garantías posibles. Ahora lo estoy comprobando en España, que a pesar de la crisis, a pesar del mal tiempo, del frío y la lluvia salimos a cualquier llamada solidaria. Santander ha sido un ejemplo inequívoco de que «Cuando todo está perdido», nos queda la solidaridad.

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