IMG_0475El miércoles fue un día muy especial para mi y para la Fundación Ecomar porque hemos estado muy concentrados en la presentación del Legado de María de Villota, gran deportista de nuestro país, que nos dejó a causa de las heridas sufridas en un accidente practicando su deporte favorito. Lleno total en el salón, que el Consejo Superior de Deportes ha habilitado para la ocasión, con el Presidente del CSD, Miguel Cardenal a la cabeza y toda la familia De Villota: su padre Emilio, su madre Isabel, su hermana Isabel, su hermano Emilio y Rodrigo, su marido.

No ha faltado el Alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, Arancha Yagüe, Isabel Comba, Nieves Hierro, Javier Pérez Mínguez, Afonso Jiménez, Ana Muñoz, María Franco, Gonzalo Silio, Carlos García, Emilio Butragueño, Carlos Sainz, Paloma del Rio… Mucha gente involucrada en este Legado tan bonito, que debemos tener siempre en nuestras mentes y en nuestros corazones.

María de Villota fue siempre una persona muy especial y una deportista inusual metida en un mundo reservado a los hombres. Quizás por eso, por su continua lucha, podemos estar hablando del Legado de una deportista grande. Una iniciativa que la Fundación Deporte Joven del Consejo Superior de Deportes ha puesto en marcha en memoria de la piloto.

María fue un ejemplo muy claro de perseverancia. Sus mensajes de alegría y esperanza calaron bien profundo en la sociedad. Fue un ejemplo de superación a la maldita adversidad. Todos los deportistas tenemos un largo camino por recorrer hasta alcanzar la gloria, pero ella lo tuvo más difícil que los demás y ¡vaya que si alcanzó esa gloria!

Con este Legado queremos dar continuidad a la labor de María, a su superación, alegría, positivismo, esfuerzo, solidaridad… con el fin solidario de apoyar a la Fundación Ana Carolina Díez Mahou, con la que nuestra María estaba totalmente involucrada.

Desde la Fundación Ecomar nos hemos unido a este Legado poniendo todas nuestras herramientas a disposición de esta iniciativa y colaboraremos con todas nuestras fuerzas con su marido y su padre, los dos amores de la vida de María.

Estés donde estés, María, vigílanos para que no decaigamos y danos fuerzas para seguir defendiendo esos valores de los que siempre has hecho gala. Tu Legado lo hacemos nuestro desde este mismo momento.

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