Hoy conocemos a Theresa Zabell, Fundadora y Presidenta de la Fundación Ecomar una Fundación que tiene como objetivo educar y concienciar el cuidado, respeto y conservación de nuestro planeta.
¿Qué soñaba Theresa de pequeñita? ¿Imaginabas que ibas a llegar tan lejos?
Recuerdo perfectamente un día del verano de 1976 cuando descubrí los Juegos Olímpicos a través de la televisión. Ese día supe cual era mi sueño, participar en los Juegos Olímpicos y, en los sueños más atrevidos, subirme a lo más alto del podio. La verdad es que nunca pensé que la realidad superaría el sueño, pero así fue.
¿Cuándo te das cuenta que éste es tu camino? ¿O cuál es ese “click” en tu carrera?
Cuando quise llegar a lo más alto del olimpo era un sueño imposible ya que las mujeres teníamos la posibilidad de participar en los Juegos Olímpicos en muy pocos deportes. A pesar de ello nunca abandoné mi sueño. Después de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 la Federación internacional de vela decide incluir una categoría para mujeres en los siguientes Juegos. Ese momento fue mi verdadero ¨click¨.
¿Cuál es tu mayor logro y/o tu mayor orgullo?
Siempre digo que mis hijos son mis mejores medallas pero dejando la familia a un lado, de lo que más orgullosa me siento es de haber sido pionera en ámbitos tan diferentes sin morir de éxito. A pesar de no tener la posibilidad física de participar en los Juegos Olímpicos al no existir categoría femenina, nunca dejé de entrenar. Al retirarme de la vela olímpica puse en marcha la Fundación Ecomar con un enfoque diferente a todo lo que existía en ese momento. En la actualidad son muchos los que han seguido nuestra estela.
¿Existe algo de suerte en el terreno profesional?
Cuando hablo de la receta del éxito, la suerte es uno de sus ingredientes. Dicho así parece que con la suerte puedes conseguir tus objetivos, pero la suerte sola no lo logrará nunca, tiene que ir acompañada de una buena dosis de trabajo, estrategia, equipo, constancia y muchas cosas más.
Y al llegar hasta aquí, ¿qué te queda por hacer?
Mucho. En el terreno profesional quiero aportar mi experiencia de ESG al mundo empresarial y a sus Consejos de Administración. Desde el punto de vista más filantrópico, seguir aportando mi trabajo y pasión a la misión de la Fundación Ecomar que creo, acabará siendo el proyecto más importante al que habré dedicado mi tiempo, por lo que nuestros mares y océanos suponen para nuestra supervivencia en este planeta.
¿Cómo te gustará ser recordada?
Como una persona que pensó en los demás y luchó por conseguir hacer realidad aquello en lo que creía.
Vamos al lado más personal, ¿cómo es tu día a día?
Viajo mucho, cada semana al menos a un destino, con lo cual la rutina se echa en falta. Cuando estoy en casa, me levanto temprano, sobre las 6.30, y voy al gimnasio. A las 9 estoy en el despacho y combino mi trabajo con dirigir la Fundación Ecomar. Si no tengo compromiso ceno temprano, leo y me acuesto.
¿Qué porcentaje de tu tiempo consideras para ti?
Como muchas personas con ambiciones, el tiempo para mi es bastante reducido pero como me divierto con lo que hago, me parece fenomenal.
¿Cómo inviertes tu tiempo libre? ¿Hay algún consejo para la conciliación?
He tenido la suerte de que mis hijos se han involucrado mucho en las actividades de la Fundación Ecomar, que son muchas y a menudo caen en fin de semana. Esto nos ha permitido disfrutar juntos haciendo el bien. Cuando mis hijos eran pequeños y tenía una agenda repleta de viajes y compromisos, procuraba dedicarles tiempo de calidad.
¿Cómo es tu foto de familia?
En el mar viendo la puesta de sol después de un día de disfrute.