MIRADOR DANIEL PEDRIZA.

DIARIO MONTAÑES. En el hall del Palacio de Exposiciones había algunos, los menos, que no la tenían tratada. Les daba cierto apuro esa primera presentación. Porque Theresa Zabell (Ipswich, Reino Unido, 1965) tendrá siempre ese aura reservado a las leyendas de un deporte. Si el campeón de unos Juegos ya posee ese carisma, alguien que tiene dos oros olímpicos (Barcelona’92 y Atlanta’96) tiene rango de mito. Pero la amabilidad de la invitada ayer al Foro Santander 2014, organizado por EL DIARIO MONTAÑÉS, el Ayuntamiento de Santander y patrocinado por Copsesa, se encarga de derribar todos los muros. Saludo, foto, intercambio de impresiones… Un doble oro olímpico hecho de sencillez.

El alcalde de Santander, Íñigo de la Serna; los concejales Luis Morante y Gema Igual; el director general de EL DIARIO MONTAÑÉS, Manuel Campillo; el director adjunto del Mundial de Vela, Jan Abascal… Todos estaban en un acto en el que Theresa Zabell venía a hablar de deporte. De los valores que aporta a los jóvenes, de lo que significa para la sociedad, de lo que supone para una ciudad. Pero también del gran evento de su deporte de este año y que será en Santander. Ese Mundial de septiembre del que ha sido, con su gran prestigio, una de las valedoras en la sombra, sobre todo en los días que han sido difíciles.

La bicampeona olímpica está al tanto de lo que sucede en la capital cántabra. «Tras meses de rumbo incierto, gracias a la capacidad de superación de los santanderinos, con Jan Abascal al timón y con el pleno apoyo del alcalde, se ha vuelto a tomar la dirección correcta para que Santander 2014 sea un éxito. Estamos en las mejores manos, y aunque no dudo de ese éxito, también animo a todos los santanderinos a arrimar el hombro».

Un campeonato del mundo que ya está revertiendo cosas positivas a la capital cántabra. «Por un lado, muchos regatistas ya han venido o están entrenando en Santander. Eso deja dinero en la ciudad». Además, Zabell destacó el «grado de satisfacción» de esos deportistas y de sus acompañantes, algo de lo que no tiene «ninguna duda». La ex regatista de 470 también incidió en el beneficio que supondrán para la capital cántabra las infraestructuras que dejará el Mundial. «Yo no conozco ninguna ciudad en el mundo que tenga un ‘estadio’ en la bahía», en alusión a la ‘duna de Zaera’. «Eso debe servir para pedir más regatas en el futuro, ya que es una perfecta tarjeta de visita». Por último, Zabell incidió en la importancia del Mundial para afianzar el deporte de la vela entre los ciudadanos, «sobre todo entre los niños».

Lejos de otros países

La vela, el deporte que más medallas olímpicas ha dado a España, es aún una gran desconocida para mucha gente. Y si se compara el número de barcos en relación a los habitantes, las comparaciones con otros países rozan lo inimaginable. Zabell ofreció algunos datos demoledores, empezando por un país muy cercano. «En España hay un barco por cada 350 habitantes, mientras que en Francia, es uno por cada 40». Incluso en zonas en las que navegar resulta muy duro, como los países nórdicos – «yo no hubiese podido, con lo friolera que soy», bromeó- hay un barco por cada siete ciudadanos «Siempre hablando de vela ligera, que son los barcos más numerosos». Con dos países del hemisferio sur, sobran las palabras. «En Australia, hay un barco por cada 3-4 habitantes. En Nueva Zelanda, cada dos». Un deporte que en España todavía se ve como algo elitista y que no tiene por qué serlo. «Algún amigo que se plantea comprar un barco me pregunta qué hace con el amarre. Es como comprarse un coche y querer también una plaza de garaje. A veces no es necesario». En otros lugares, se resuelve con una explanada de acceso público en la que varar los barcos. «Hay que dar posibilidades a los ciudadanos», incidió Theresa Zabell. «Se tiene la imagen de que la vela es un deporte caro y elitista. Y un barco vale lo que puede costar una moto. En otros países, a un joven le regalan un barco y no una moto».

La comparación con el país galo fue en la que más incidió la campeona olímpica en Barcelona y Atlanta. «En Francia, los niños que viven a menos de 20 kilómetros del mar, hacen vela escolar. La practican como cualquier otro deporte». Una diferencia cultural en países y zonas que ni de lejos tienen las condiciones para la vela de la capital cántabra. «Si hubiese una ciudad como Santander en otro país, con estas condiciones, habría más barcos que coches», apostilló.

Esa enseñanza de la vela en los colegios galos suscitó la curiosidad del alcalde. «¿Cómo funciona? ¿Hay algo parecido en otros lugares?», le inquirió. Zabell le respondió que es una hora lectiva más. «Se lleva a los niños a un club cercano con el que hay un convenio. Y es una hora de clase más. Aquí se podría hacer en los meses de climatología más benigna, como septiembre y octubre, y entre marzo y mayo».

Theresa Zabell resaltó en su alocución el trabajo previo para traer el Mundial a la capital cántabra, ya que los grandes eventos «no ocurren por casualidad. Ha habido una intención de pedir ese campeonato, de competir por él. Luego llega la planificación». Zabell fue una de las integrantes de la delegación española que defendió la candidatura de Santander en la localidad inglesa de Southampton en 2011. «Teníamos el compromiso de que si Santander resultaba elegida, aportaríamos al Mundial un salto de calidad, que la vela podía ser un deporte más profesional en la organización. Nuestro lema, ‘de regatistas para regatistas’, creo que caló entre la Federación Internacional». Y eso que España había organizado un Mundial de Clases Olímpicas poco antes, en 2003, en Cádiz. «No era fácil que nos lo dieran».

El valor del deporte

Zabell, también vicepresidenta primera del Comité Olímpico Español, no solo habló de esa vela que le proporcionó la gloria olímpica. De un tiempo a esta parte, el deporte, «antes algo elitista», se ha convertido un «fenómeno de masas». Una actividad comparable a muy pocas. «Mi teoría es que el deporte es la mejor escuela para la vida», resaltó. «Es un excelente instrumento para la formación del ser humano, la mejor medicina para enfermedades como el estrés o la obesidad, favorece la integración o permite conocer mejor el entorno. A la vez, facilita el ocio y entretenimiento colectivos». Por si fuera poco, es una poderosísima herramienta económica. «Ya es una de las diez principales industrias del mundo».

Una actividad, el deporte, que Santander ha convertido en una de sus señas de identidad, hasta el punto de ser una de las Ciudades Europeas del Deporte en 2014, algo con lo que no hay que quedarse solo con el nombramiento, «sino que hay que demostrar que se es» una ciudad volcada en la práctica deportiva.

Zabell demostró estar muy al tanto de los principales exponentes deportivos de la capital cántabra. «La vela, con figuras como Jan, Toño Gorostegui, o la que quizá es la mejor flota de J80 del mundo; aquellas eliminatorias de la Davis; los equipos que hay de hockey hierba; Ruth Beitia, que es eterna y que seguro que volverá de Río con una medalla olímpica; o Seve, al que nunca vamos a olvidar. Y el Racing.. Como una pelota que bota. Baja, pero vuelve a subir». Tuto Sañudo, el presidente verdiblanco presente en el acto, no pudo reprimirse. «A ver si bota un poco más». Risas en el auditorio.

Y junto a las figuras o los equipos, están también los eventos que se organizan. «El concurso de hípica, el campeonato de los 100 Kilómetros…». Zabell no quiso dejar pasar la oportunidad de resaltar las actividades del Legado María de Villota, que comienzan el día 1 en Santander. Una ciudad que ha dado «todas las facilidades» para que esa iniciativa sea «un éxito».

El acto en el Palacio de Exposiciones concluyó en poco más de una hora. Con su claridad, concisión y alguna que otra anécdota, Zabell se había ganado al auditorio. Camino de nuevo hacia el hall, esa reserva para tratar con toda una bicampeona olímpica ya había desaparecido y los saludos y fotos se pedían, simplemente, a Theresa.

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