Con una voz suave y pausada que cuenta y relata. Con la mirada azul que observa y analiza cada pregunta antes de responder empieza una larga charla con Theresa Zabell (Ipswich-Reino Unido, 1965) en el Club Nàutic del puerto de Cambrils.

En la mesa, apenas un refresco, la botella de agua y la libreta con algunas notas que sirven de hilo conductor. Explico que grabaré la conversación y propongo una charla natural donde los temas entran, salen y van y vuelven. Empiezas, saltas a otra historia y, minutos después, vuelves a la anterior porque hay algún detalle que no has preguntado y no quieres cerrar este momento ‘sin haber hablado de…’.

Theresa Zabell es deportista de élite. De hecho, la única mujer española con una doble medalla de oro olímpica en Barcelona 92’ y en Atlanta 96’. Más allá de este currículum de presentación con un largo etcétera de títulos y reconocimientos internacionales, florecen multitud de valores, esfuerzo, compromiso y trabajar (muy duro) para conseguir objetivos.

Pide que la tutee aunque sigo tratándola de usted. En apenas unos minutos me hace cómplice de su gran pasión por la vela y asegura que «todos los esfuerzos son pocos para acercar este mundo a la sociedad».

Theresa insiste en que cree que hay que desmitificar el mundo elitista que acompaña este deporte, ver también aquello que lo rodea y lo mucho que aportan los deportes náuticos al PIB.

Nuestra conversación sigue y me regala un primer concepto que anoto en mi libreta: devolver. Devolver a través de su día a día, conferencias o pequeñas charlas lo que ha vivido alrededor del mundo, sentido en cada competición y aprendido gracias a las propias experiencias. Primero, en el deporte, y después, en el mar.

En 1999 y tras dejar la primera línea deportiva, funda Ecomar –a las puertas de cumplir 30 años a día de hoy– para concienciar sobre sostenibilidad, cuidar y proteger el medioambiente, y todo bajo un lema que abraza su mundo interior: Cuida de los dos únicos sitios de los que no te podrás mudar jamás: tu cuerpo y tu planeta. «Cuidando tu cuerpo y el medioambiente los terminarás amando», asegura.

Los referentes

Como el viento que cambia de dirección de forma suave, la charla nos lleva a un rumbo diferente como es la falta de referentes deportivas femeninas. Zabell sostiene que «hay muy buenas deportistas pero es necesario también que los medios de comunicación se interesen por ellas y las visibilicen».

Seguramente y por la educación recibida hasta hace apenas unos años, admite que las niñas ni se lo creían que podían, porque no tenían referentes y por eso tampoco llegaban a imaginarse sentir en la piel la experiencia de la posición más alta de un pódium, formar parte de un mundial o vivir unas olimpiadas.

La conversación avanza y el mismo rumbo nos lleva a hablar de cómo ha cambiado el mundo del deporte femenino y el papel que las deportistas tienen en los medios de comunicación y en la sociedad.

Como buen patrón, siempre mira adelante pero insiste en valorar también aquello que ya se ha conseguido en el deporte femenino en apenas unos años porque que los cambios «no llegan de un día para otro. Está muy bien fijarnos en aquello que tenemos, lo que queremos conseguir, pero lo es también no olvidar de dónde vienes», asegura.

La anécdota

Con Theresa Zabell sentada a apenas un metro, es prácticamente obligado compartir lo sucedido la noche del 21 de agosto en Sidney cuando el ya expresidente de la Federación Española de futbol, Luis Rubiales, besó a Jennifer Hermoso minutos después de ganar un Mundial.

Sin titubeos Zabell afirma que esto «nunca tendría que haber sucedido». Con la misma firmeza detalla, pero, que el beso «es una anéctoda y que ya había mucha información a nivel interno del día a día de Rubiales en la Federación. Con el beso, terminó todo. Aunque un beso no justifica que una persona pueda ir a la cárcel, es lamentable que no se haya hablado más del éxito deportivo de estas mujeres».

La medallista olímpica añade que, quizás, «el error viene de mucho más atrás, al haber puesto como un alto directivo a una persona que no da la talla. No es el primero y creo que no será el último en el mundo del deporte», concluye.

Como una regata cuando llega a su fin, la conversación también lo hace no sin antes hablar de Nadal, Messi o recordar el gran trabajo y labor social de Putellas y Bonmatí. Mientras abandonamos la mesa donde hemos estado charlando, compartimos la actualidad política de estos días, música y libros pendientes En la vida, a veces, quizás solo se trata de escuchar.

(Diari de Tarragona)

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